martes, 20 de marzo de 2018

Sumergido en la desesperada sensación de tu ausencia te busco en mis recuerdos intentando diluir tal percepción tormentosa, muchos son los pensamientos que llegan a mi mente en cuanto no estás, recordándome lo imprescindible que eres para mí soledad, aquella que ya no es sólo mía sino tuya también, tuya porque invades de manera agradable mi ser -con dulce posesión celestial-, basta con mirar al horizonte y sentir a lo lejos tu presencia; sentado en la azotea curioseando en mi memoria irrumpe con gran esplendor tu sonrisa, hermosa alusión de perfección, y con ella un sin número de preguntas ¿Cómo puede controlar el hombre el súbito recuerdo de quién asalta tan preciado momento de reflexión individual? Solo tú tienes la capacidad de dominar la inestabilidad de mis emociones que provocan la soledad, que se hace aún más interesante con tu compañía. Aquí, bajo la inmensidad de la noche, oscura y silenciosa, habita la claridad de tu mirada  y el ligero sonido de tu risita, Amena noción de paz y tranquilidad, en la cual se respira el puro aroma de tu esencia, sé que a lo lejos sientes algo de mi cada vez que escribo para ti, que escuchas mis versos recitados al cielo y que a través del viento llegan a tu ventana, en cuanto leas estás palabras recuerda que aún en la distancia espero por ti en el aposento de nuestros más valiosos secretos...